La actividad física tiene importantes beneficios para la salud. Ayuda a prevenir la obesidad, y disminuye el riesgo de enfermedades asociadas.
Uno de los grandes problemas que tiene la población chilena en general, y en especial los niños es el sedentarismo. Se estima que el 50% de los menores en edad preescolar y escolar no realiza una actividad física sistemática en su tiempo libre, y esto es más marcado en las niñas. Esto no sólo es un mal hábito, sino que puede tener consecuencias en la salud de los menores. Se ha demostrado que tienen más riesgos de ser niños y adolescentes obesos. A esto se suma que tienen más del doble de probabilidades de desarrollar enfermedades como diabetes, hipertensión arterial, colesterol alto y problemas coronarios, además de una serie de malestares articulares.
Una persona se considera sedentaria cuando no hace una actividad física en su vida cotidiana que implique un mayor gasto energético. En los niños, se refiere a aquellos que son pocos activos en los recreos, que no juegan en el colegio, y que cuando llegan a la casa se sientan a ver tv.
En la lucha por revertir los altos índices de sedentarismo el colegio puede ser un gran aliado. Esto, dado que los espacios para moverse son cada vez más restringidos en los hogares, que la inseguridad suprimió la calle como lugar de juego, y la falta de medios o de tiempo aleja a las familias de los clubes y centros deportivos.
Hay que reencantar a los niños con las actividades físicas recreativas. Y es ahí donde los colegios debieran dejar de enfocarse en la creación de más selecciones deportivas competitivas, que incluyen a pocos niños, y están lejos de ser una herramienta masiva capaz de combatir el sedentarismo.
La recomendación internacional es que los niños debieran realizar al menos una hora de actividad moderada por día y media hora de actividad física de mayor intensidad. Sin embargo, se estima que en una clase de educación física de 90 minutos los niños se mueven entre 6 a 8 minutos promedio, y en los mejores colegios, 20 minutos. La solución no pasa por aumentar las horas de educación física, sino por la utilización de una metodología que aproveche mejor los 90 minutos actuales.
Publicado el 26/10/2010
Fuente: Revista Ya -El Mercurio
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